Daniel Noboa obedeciendo a su política neoliberal, mediante un plumazo acaba de entregar el “Campo Sacha”, el campo petrolero más productivo del país, con reservas que suman 367 millones de barriles de crudo y 96 millones de pies cúbicos de gas natural, con un valor que asciende a más de 14 941 millones de dólares, según consultora texana “Netherland, Sewell Associates”.
Finalmente, la incertidumbre que pesaba sobre la decisión del ejecutivo por la concesión dicho campo se ha concretado la tarde de este sábado, en medio de un feriado nacional, cual “jugada maestra” como así mismos suelen llamarlo a sus movimientos astutos para tomar decisiones arbitrarias que perjudican al Estado ecuatoriano.
El embate del neoliberalismo se encuentra en pleno auge a puertas del balotaje a la segunda vuelta electoral, en medio de un país polarizado entre el miedo y la esperanza, a la espera de un verdadero cambio, con una nueva propuesta, una de izquierda que, seguramente, revocará todo lo actuado en mala fe y en contra de los grandes intereses de los ecuatorianos.
¿Volverán los vientos de progreso algún día? ¿Cuáles?
Cuando el expresidente Rafael Correa llegó al poder, recordemos que el porcentaje de ganancias petroleras extraordinarias ascendió hasta en un 99%, se obligó a las compañías a renegociar los contratos de participación y cambiar a contratos de prestación de servicios. Con estas renegociaciones, ganó el Estado, históricamente, saqueado por las transnacionales, se fijó en aquel entonces un pago que cubría los costos y ganancias razonables de las compañías que explotaban el recurso, y el resto de los ingresos fueron para el pueblo ecuatoriano.
En contraparte, hoy con un gobierno que aboga por las transnacionales, mientras siga en el poder continuará desenmascarando de a poco sus verdaderas intenciones al entregar los recursos de los ecuatorianos a manos privadas, mirando con desprecio el clamor de millones bajo la consigna, “Sacha no se vende, se defiende”.
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